La etiqueta ayuda a suavizar la interacción cotidiana en la oficina. Llevarse bien con las personas, que tal vez nunca invitarás a cenar a tu casa, es esencial para obtener buenos resultados en el trabajo y para una convivencia feliz; la etiqueta en la oficina es la que se encarga de que esto suceda, incluso cuando hay una antipatía o un desinterés mutuo. Además, la etiqueta en la oficina es la que se encarga de que no te conviertas en el enemigo número uno en la oficina por tus hábitos o comentarios innecesarios que irritan a los demás. No es que deliberadamente te estés convirtiendo en un problema en la oficina, pero hay algunas acciones que sin saberlo pueden causar molestias o incomodidad a otros.
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